Porfirio García Romano.
«En la Hora que el ceibo recibe manso y bondadoso el sueño de las golondrinas,
una gaviota, dando abrazos al aire, esparce al infinito su pecho blanco bajo la enorme nube negra,
mientras la lluvia se acerca-con gotas como pasos-,
borrando muelle, acuarela, horizonte.Yo con el pincel en la mano, la espero».
Alvaro Rivas.
una gaviota, dando abrazos al aire, esparce al infinito su pecho blanco bajo la enorme nube negra,
mientras la lluvia se acerca-con gotas como pasos-,
borrando muelle, acuarela, horizonte.Yo con el pincel en la mano, la espero».
Alvaro Rivas.
Jacinto Lara con el pincel en la mano, la espera.
Captura la descripción de la imagen, como atrapando a la gaviota y la despluma, dejando desnudo, en este poema como ventana sus elementos de síntesis, hasta enseñar el óseo esqueleto con que dibuja el arco iris.
Jacinto Lara tiene en sus manos un lugar de salida y distribución de imágenes con lenguaje único que podríamos particularizar de numerosas fuentes:
Una fuente geométrica abstracto basada en el empleo directo de elementos plásticos concretos como superficies, líneas, espacios, juego de llenos y vacíos, coqueteo y albur de figuras sobre fondo y sobre todo, color.
El color sobre la superficie mostrado en su propia manifestación. El color que forma parte del poema. El color del ceibo. El de la pluma de la golondrina, sin gaviota y tal vez sin nube.
El color está en sus cuadros. Este color que forma parte de lo viviente, del objeto, de las cosas, pero sin aludir ni imitar, un color puesto a la par de otro para conversar, para platicar. Relacionándose: superpuesto, contrapuesto, yuxtapuesto con la línea, con el plano, con el espacio, dentro del campo de acción de la imaginación creativa espiritual provocado o nó, inspirada o nó por los poemas de Alvaro Rivas.
El color en Jacinto Lara, en estos paisajes de Casa, donde de repente caen Icaros de cabeza, en estos collages sobre poemas, es el agua de una fuente que vive en el cuadro en la pureza de un gesto espontáneo, separado del contorno de las cosas vistas, viviendo su propia realidad para producir relaciones de tensiones análogas al acorde musical.
Pero aliada con la infinita fuente del color está el uso de la técnica, la técnica adecuada, exacta para lograr este objetivo de la expresión de un contenido tan solo por el color. Y esta técnica, esta fuente, la predominante en Lara es, el «Papier collés».
Jacinto para sus propósitos hace uso del principio elemental del collage, el papel pegado, para poder mediante la combinación abstracta de color sin forma lograr la interacción, y relación por sí sola de un color con otro, igual que lo hiciera en 1912 su descubridor Georges Braque, el compañero de Picasso.
Pero esto no queda ahí, en su dominio técnico y conceptual del arte de nuestra época, Jacinto Lara para poner en juego, en su juego fríamente calculado, de hacer del color el contenido del cuadro, utiliza además del papier collés, el Ready-made una de la infinitas fuentes de Marcel Duchany.
Sin ningún tipo de construcción previa o en todo caso mínima utiliza objetos de consumo prefabricados o realizados industrialmente como fotografías de revistas para introducir el objeto banal como material artístico, regresando al fenómeno del ilusionismo a través del contenido de las fotos de estas revistas:
Niños bañándose, hombres de pantalón amarillo que caminan, la estereotipada imagen del hombre pisando la luna etc., para crear una relación consciente de una imagen figurativa hacia una realidad objetual abstracta.
Estos fotomontajes, collages a partir de fotografías y de fragmentos impresos rasgados o cortados son manejados por Jacinto Lara como punto focal o en degradaciones de punto focal dentro de la composición con líneas, y colores puros o planos, con singular maestría.
Su método a pesar de la dificultad resuelta en su obra para aliar en una misma pieza abstracto y figuración, surge en parte del rechazo de la forma estructural organizada hacia cierto gestualismo espontáneo del proceso de creación artística a partir de la imaginación.
Jacinto Lara en su búsqueda hacia las infinitas fuentes de la plástica rompe por su uso todos los límites y normas de categorías estilísticas integrando en este caso su acción pictórica al útil material de la poesía de Alvaro Rivas.
El pintor Español cordobés, JACINTO LARA, que ya visita Nicaragua por segunda vez (el verano pasado organizó un curso de Grabado para los Jóvenes de Granada y, este año, está trabajando en la creación de Vitrales), y ha expuesto veinte de sus obras (Collages y Grabados «PARA ALVARO RIVAS») en la Galería de la Casa de los Tres Mundos en los Robles, el día viernes 26 de agosto de 1994.