La carpeta contine: 5 grabados de Juanjo Caro, 5 sonogramas de Juan de D. Garcia Aguilera, 5 grabados de Jacinto Lara, 1 CD multimedía con las obras de Juan de D. Garcia Aguilera, y fotos y vídeos del desarrollo del trabajo realizados por Ñ Multimedia.
MIGRACIONES, FLUJOS Y RELACIONES
Todo fluye. Nada permanece. Se amplían las experiencias, se diluyen las fronteras. Desde que el hombre es sapiens no ha cesado de moverse y migrar. ¿Hacia dónde?, ¿para qué?, ¿con quién? las mismas preguntas, distintos equipajes, los porques de tantos viajes.
Unos cruzaron océanos y estepas con el ansia de descubrir nuevos mundos. Pronto el dinero se hizo amigo de la curiosidad y fueron otros tantos los que viajaban con baúles vacios en busca de riqueza y prosperidad. Otros huyeron por necesidad, de la horca, la rutina, el aburrimiento, la mediocridad, de la muerte. Nómadas y perseguidos, exiliados y viajantes, exploradores y agentes de comercio. Negocio y supervivencia, pateras y business class.
El mundo se desborda como ese río que como bien recuerda Iván de la Nuez, desaparece mientras cambia el contorno de sus alrededores, Segregar o integrar, expulsar o acoger. Como respuestas miles de conflictos.
Desde los años ochenta el mundo del arte no ha podido permanecer ajeno a estas cuestiones. Del espectador pasivo y complaciente, turista exótico de las propuestas transatlánticas hasta los nuevos planteamientos artísticos que abordan la cuestión de una manera más incisiva y desde parámetros que redefinen el carácter político de toda manifestación artística en cuanto producción de subjetividades o micropolíticas según el término foucaltiano, los artistas han estado desterritorializándose y buscando nuevas relaciones.
Son éstas las que hacen que el arte de este momento sea distinto al del siglo XVIII o al del XX, pues aunque resulte obvio repetirlo, el arte es una cadena formada por elementos y sus relaciones. Nada en su esencia es inmutable y todo es susceptible de cambiar, de moverse, de fluir, de migrar.
En esta cadena de relaciones se proponen cambios radícales como el concepto de autoría, el de la distribución y presentación de la pieza artística, el de la durabilidad o la caducidad, la privacidad o los regímenes de colaboración, la formalización y la reproductibilidad, acercando y propiciando el diálogo entre escenarios afines. La política de los afectos, la Construcción de la interrelacionalidad, los trabajos en red.
De dicho espíritu, el de nuestros tiempos; participa este proyecto puesto en marcha por Juanjo Caro, Juan de Dios García Aguilera y Jacinto Lara.
De la interdisciplinariedad, del Oído y los ojos, las conexiones nerviosas y los diálogos visuales, la electroacústica y el grabado. Siglo XX, cambalache, problemático y febril. El XXI no lo será menos, pero aún está por construir. Nosotros y ellos, mirándonos y siendo mirados, diciendo adiós, diciendo hola. Todo fluye, nada permanece. Mañana estas palabras serán otras, la pantalla se inundará de nuevo.
Unos cruzaron océanos y estepas con el ansia de descubrir nuevos mundos. Pronto el dinero se hizo amigo de la curiosidad y fueron otros tantos los que viajaban con baúles vacios en busca de riqueza y prosperidad. Otros huyeron por necesidad, de la horca, la rutina, el aburrimiento, la mediocridad, de la muerte. Nómadas y perseguidos, exiliados y viajantes, exploradores y agentes de comercio. Negocio y supervivencia, pateras y business class.
El mundo se desborda como ese río que como bien recuerda Iván de la Nuez, desaparece mientras cambia el contorno de sus alrededores, Segregar o integrar, expulsar o acoger. Como respuestas miles de conflictos.
Desde los años ochenta el mundo del arte no ha podido permanecer ajeno a estas cuestiones. Del espectador pasivo y complaciente, turista exótico de las propuestas transatlánticas hasta los nuevos planteamientos artísticos que abordan la cuestión de una manera más incisiva y desde parámetros que redefinen el carácter político de toda manifestación artística en cuanto producción de subjetividades o micropolíticas según el término foucaltiano, los artistas han estado desterritorializándose y buscando nuevas relaciones.
Son éstas las que hacen que el arte de este momento sea distinto al del siglo XVIII o al del XX, pues aunque resulte obvio repetirlo, el arte es una cadena formada por elementos y sus relaciones. Nada en su esencia es inmutable y todo es susceptible de cambiar, de moverse, de fluir, de migrar.
En esta cadena de relaciones se proponen cambios radícales como el concepto de autoría, el de la distribución y presentación de la pieza artística, el de la durabilidad o la caducidad, la privacidad o los regímenes de colaboración, la formalización y la reproductibilidad, acercando y propiciando el diálogo entre escenarios afines. La política de los afectos, la Construcción de la interrelacionalidad, los trabajos en red.
De dicho espíritu, el de nuestros tiempos; participa este proyecto puesto en marcha por Juanjo Caro, Juan de Dios García Aguilera y Jacinto Lara.
De la interdisciplinariedad, del Oído y los ojos, las conexiones nerviosas y los diálogos visuales, la electroacústica y el grabado. Siglo XX, cambalache, problemático y febril. El XXI no lo será menos, pero aún está por construir. Nosotros y ellos, mirándonos y siendo mirados, diciendo adiós, diciendo hola. Todo fluye, nada permanece. Mañana estas palabras serán otras, la pantalla se inundará de nuevo.
Jesús Alcaide.
Sonograma: Juan de D. Garcia Aguilera.
Grabado: Juanjo Caro.
Grabado: Juanjo Caro.
Grabado: Jacinto Lara.
Grabado: Jacinto Lara.